London calling!

Había pasado la última noche intentando dormir en un sillón en el ferry... lo cual no conseguí. La noche anterior a esa tampoco había podido dormir. Luego pasé todo el día subiendo montes con mi mochila a cuestas. Y ahora estaba en un bus rumbo a Londres, incapaz de mantenerme despierta. Recuerdo haber abierto los ojos en algún punto. Vi que llovía. Londres hacía justicia a su fama. Los parpados me pesaban terriblemente. Pude abrir los ojos de nuevo…vi un camión rojo de dos pisos. Oscuridad. Taxi negro. Penumbras. Harrods iluminado. I´m in bloody London! Me dije. Mon rêve!

Casi grito al ver este bus!

No estuve feliz hasta tomarme una foto con uno

 El cambio de guardia en el Buckingham palace no podía faltar…

Ahí nos encontramos al principito y su futura esposa... =)

 

Sin duda una de las cosas que más me gustaron de Londres fueron los mercados…

¡El de Camden es un paraíso! Puedes encontrar de todo, en verdad TODO. Fue una suerte que en la mayoría de los puestos no aceptaran tarjetas porque sino hubiera quedado en la ruina. Hay toda una sección de comida de todas partes del mundo…como dije, el paraíso.

tengo un montón de fotos con teléfonos rojos…son lo máximo!)

Lo sé, esta que sigue es la peor foto del mundo. Ale es la peor fotógrafa, pero no podía dejar de poner esta, lo tiene todo: el Big Ben, Westminster abbey, el metro, el bus rojo, la cabina telefónica…

Londres condensado!!!

Sin duda Londres es todo lo que siempre soñé y más. En siete días no pude ver ni la mitad de las cosas que hay que ver, se necesita toda una vida para verlo todo. Los museos, los mercados, las calles llenas de tiendas (¡amé las tiendas en Inglaterra! Sobre todo las de tarjetas y material para manualidades) la gente y la comida de todos los rincones del mundo (descubrí que Londres es el centro del mundo, nunca estuve en una ciudad más cosmopolita) incluso los ingleses me cayeron bien. Tienen fama de antipáticos y aburridos pero a mí me parecieron muy amables y agradables.